Descubre un deporte repleto de valores educativos y conoce los beneficios de desarrollo que puede impactar de forma muy positiva en la educación de cualquier niño.
Recuerdo de mi niñez en la escuela, que asociaba empezar un nuevo curso con arrancar de nuevo con la actividad deportiva. Como si fuésemos futbolistas “de primera” empezando una nueva liga. Vuelta al cole; llegar a clase y preguntarle a tus compañeros: “¿y este año a qué nos apuntamos?”. Era un verdadero dilema, pero también lo recuerdo como un momento en el que nos entraba la curiosidad por muchos deportes que nos ofertaban con un papel mal fotocopiado y que debíamos entregar rigurosamente a nuestros padres.

En esta etapa tuve la suerte de poder elegir el deporte que quería, incluso he de confesar que aunque mis padres querían que le dedicase más tiempo a mis estudios, siempre compaginaba varias actividades deportivas.


De todos los deportes que pude practicar, hoy quiero entrar un poco al detalle y explicar por qué el atletismo es una práctica esencial para el desarrollo de cualquier niño tanto en terminos de motricidad como los valores que aporta su practica. ¡Vamos a ello!



La procedencia y origen del atletismo los encontramos en la época grecoromana cuando se consolida bajo un reglamento claro y con un fin totalmente lúdico. Ahora bien, si echamos la vista atrás desde la existencia del ser humano, en todo el proceso motriz-evolutivo de un niño está la practica innata de los tres elementos del atletismo: Corremos, saltamos y lanzamos desde muy temprana edad y de una forma básica y natural.
¿Por qué un niño debe potenciar estos factores deportivos? Tal y como he comentado anteriormente, un niño desarrolla los fundamentos en su día a día. Más allá, el atletismo le va a ayudar a consolidar una buena eficiencia motriz durante su evolución, consiguiendo buenos hábitos biomecánicos que va a fortalecer y prevenir periodos lesivos a medida que de forma natural con los años vaya aumentando su fuerza.


Además es un buen deporte para iniciarse, ya que la mayoría del resto de los deportes agrupan alguno de estos tres factores. Es la conexión perfecta entre la simplicidad del deporte y la complejidad de la técnica en su ejecución.
Si hablamos de valores, muchos padres afirman que les da miedo que este deporte sea demasiado duro para su hijo, o incluso afirman “esto no le va a gustar”. Depende mucho de cada entrenador y del enfoque que le de el niño en los entrenamientos. Pero un niño cuando se inicia aprende jugando, compartiendo con niños de iguales inquietudes.
El atletismo afecta directamente en el desarrollo de autocontrol de un niño, aumentando la seguridad en sí mismo dado que desde un principio se educa a competir contra él para mejorar mediante una disciplina personal productiva y eficiente. Todo bajo unas reglas comunes al resto.
Sea como sea, el mayor consejo que puedo darte es que el niño elija su deporte, pero dale la oportunidad de generarle inquietud por el atletismo para que disfrute al máximo y por qué no, pueda también compartir con los papás y mamas este deporte con tanto fondo. ¿Te animas?
¡Nos vemos en el asfalto!